Cada 7 de julio se celebra el Día del Cóndor Andino, una fecha especial para reflexionar sobre una de las aves más imponentes del planeta y, sin dudas, uno de los grandes íconos de nuestra cordillera.

Sitios donde trabajamos en Geólogos Asociados, como son las Provincias de Mendoza y del Neuquén, son territorios privilegiados donde es posible observarlo con frecuencia en su hábitat natural.

Un gigante que surca los Andes

El cóndor andino (Vultur gryphus) es el ave rapaz más grande del mundo. Si se mide la envergadura de sus alas, puede llegar a tener más de tres metros de punta a punta. De plumaje negro con un collar blanco en el cuello y la cabeza sin plumas, este gigante, es un maestro del vuelo en altura. Se desliza aprovechando las corrientes térmicas sin apenas batir las alas, recorriendo cientos de kilómetros por día.

Es una especie longeva (puede vivir más de 70 años), monógama y con una reproducción muy lenta. Solo pone un huevo cada dos o tres años, razón por la cual su conservación requiere especial atención.

¿Dónde habita?

El cóndor recorre toda la cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego.

Particularmente, en Mendoza, habita lugares como Villavicencio, Uspallata, Reserva Natural de la Payunia, Tupungato y Parque Provincial Aconcagua. Además, Mendoza cuenta con un espacio muy especial: el Santuario del Cóndor Andino, ubicado en la Reserva Natural Villavicencio, en el departamento de Las Heras, al norte de la provincia. Esta área protegida no solo es un refugio natural, sino también un sitio de observación y conservación clave para la especie.

Por otro lado, en Neuquén, el cóndor también encuentra un hábitat propicio en los cielos cordilleranos. La provincia cuenta con un estimado de más de 60 ejemplares estables, con avistamientos frecuentes en áreas protegidas como El Parque Nacional Nahuel Huapi, el Volcán Lanín y su parque, la zona de Chos Malal y la Cordillera del Viento, La Reserva Auca Mahuida y el Área Natural Protegida Tromen, entre otras.

¿Por qué es tan importante conservarlo?

El cóndor andino cumple un rol ecológico fundamental en los ecosistemas de montaña: al alimentarse de animales muertos, contribuye a la limpieza del ambiente y a prevenir la propagación de enfermedades. Es, en ese sentido, un gran sanitario natural.

Además, se lo considera una especie paraguas: su protección implica conservar amplias extensiones de hábitat y una gran diversidad de especies que conviven en esos ambientes. Al preservar al cóndor, se protege también a los pastizales de altura, los bosques de montaña, los corredores biológicos y otras especies clave que comparten su territorio.

Pero su valor no es solo ecológico. El cóndor andino es también un símbolo vivo de los Andes, con un profundo significado espiritual y cultural para los pueblos originarios. Representa la fuerza, la libertad y la conexión con la naturaleza. Conservar al cóndor es también conservar parte de nuestra identidad colectiva.

¿Está en peligro?

Lamentablemente sí. El cóndor andino está considerado especie Vulnerable a nivel internacional según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Y  a nivel nacional y provincial, se considera en Peligro, según Aves Argentinas (Aves Argentinas, 2015) y la Resolución N°887/21 de la Provincia del Neuquén.

Las amenazas son muchas, envenenamientos, disparos, cables de alta tensión, pérdida de hábitat y otros problemas derivados de la actividad humana. Pero hay buenas noticias, gracias a campañas de conservación, censos regulares y programas de rescate, tanto en Mendoza como en Neuquén la población de cóndores se mantiene estable e incluso ha mostrado signos de recuperación.

¿Qué se está haciendo en Mendoza y Neuquén?

Desde hace más de 10 años, Mendoza participa de los Censos Simultáneos del Cóndor Andino, que se realizan en toda Sudamérica. Estos censos, realizados cuatro veces al año, permiten estimar cuántos individuos hay, qué edades tienen, y cómo evoluciona su población. En el último censo realizado en la provincia, se contabilizaron 70 ejemplares en simultáneo.

Además, el Programa de Conservación del Cóndor Andino (PCCA), en colaboración con la Fundación Bioandina, trabaja en el rescate y rehabilitación de ejemplares heridos, y en la reintroducción de cóndores nacidos en cautiverio.

Por su parte Neuquén participa activamente en los censos simultáneos y en las acciones del Programa de Conservación del Cóndor Andino. Se han registrado nacimientos de cóndores silvestres, esto y la presencia sostenida de estas aves habla del buen estado de conservación de su hábitat. Además, se realizan actividades de monitoreo y educación ambiental en escuelas y comunidades rurales.

¿Qué hacemos en Geólogos Asociados para su conservación?

En nuestra consultora, contamos con diversos antecedentes de trabajo que han contribuido a la generación de conocimiento sobre el cóndor andino y su conservación especialmente en sectores hidrocarburíferos donde desarrollamos nuestras actividades.

A través de monitoreos estacionales, realizados durante varios años en distintas áreas como Aguada Pichana este, San Roque, Rincón la Ceniza y La Escalonada, hemos registrado y evaluado la presencia y distribución de esta especie emblemática en la región.

Además, entre 2013 y 2018, llevamos adelante el monitoreo permanente de biodiversidad en el área del Volcán Auca Mahuida (VAM). Este trabajo permitió reunir información valiosa sobre el uso del hábitat del cóndor andino en una zona estratégica.

Estos estudios aportan información valiosa para la planificación ambiental, la toma de decisiones responsables y la implementación de medidas de conservación concretas en contextos productivos como el hidrocarburífero, demostrando que el desarrollo y la conservación pueden avanzar de manera conjunta cuando hay compromiso y conocimiento técnico.