El 29 de agosto se celebra en Argentina el Día del árbol, desde 1900, porque el Consejo Nacional de Educación eligió esta fecha para promover la toma de conciencia acerca de la importancia de los árboles para el planeta, la necesidad de protegerlos y conservarlos.

Desde el área de Medioambiente de Geólogos Asociados ayudamos a mejorar el desempeño ambiental de nuestros clientes poniendo especial énfasis en el cuidado, recuperación y restauración de superficies degradadas con especies nativas.

¿Por qué son tan importantes los árboles?

En primer lugar los árboles purifican el aire que respiramos ya que capturan el carbono. Cuando realizan la fotosíntesis, extraen dióxido de carbono del aire, lo fijan en azúcar y liberan oxígeno.

Desempeñan un papel fundamental en el aumento de la biodiversidad urbana, proporcionando plantas y animales con un hábitat, alimentos y protección favorables.

Un árbol maduro puede absorber hasta 150 kg de gases contaminantes por año. Como resultado, los árboles juegan un papel destacado en la mitigación del cambio climático.  En las ciudades con altos niveles de contaminación, los árboles pueden mejorar la calidad del aire, haciendo que las ciudades sean lugares más saludables para vivir.

Los árboles grandes son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire atrapándolos en las hojas y la corteza.

La ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 grados centígrados. Por ejemplo, la ubicación correcta de los árboles alrededor de los edificios puede reducir la necesidad de aire acondicionado en un 30 por ciento, y reducir las facturas de calefacción de invierno en un 20-50 por ciento.

Las investigaciones muestran que vivir cerca de espacios verdes urbanos y tener acceso a ellos puede mejorar la salud física y mental, por ejemplo, al disminuir la presión arterial alta y el estrés. Esto, a su vez, contribuye al bienestar de las comunidades urbanas.

Los árboles maduros regulan el flujo de agua y desempeñan un papel clave en la prevención de inundaciones y la reducción del riesgo de desastres naturales. Un árbol de hoja perenne maduro, por ejemplo, puede interceptar más de 15 000 litros de agua por año.

En Argentina, desde hace casi 13 años, está vigente la Ley 26.331 de Bosques Nativos, una herramienta imprescindible para planificar el uso de estos ecosistemas permitiendo equilibrar la producción y conservación de la naturaleza.

Sin embargo, a pesar de contar con esta Ley, los bosques nativos de Argentina vienen sufriendo grandes modificaciones producto del cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias, urbanísticas y viales.